miércoles, 18 de diciembre de 2013

Yo quería mi muñeca negra...


Es casi un clásico que las niñas negras hayan tenido muñecas negras, pero no todas las muñecas negras eran sus preferidas ni tampoco se parecían mucho a ellas, y esto ocurre precisamente por que dentro de los estereotipos que tambien permean la mente de los niños, perdura el pensamiento de que linda es la muñeca rubia, delgada de labios rosados, y  podría decir que desde ese momento empezamos a odiarnos en todo nuestro conjunto como seres heterogeneos y empezamos a buscar belleza en el plástico pintado... Yo recuerdo que tenia una muñeca negra, una muñeca que me regalaron cuando tenia 8 años con unos patines, para estas mismas fechas de Diciembre, para ese entonces mi familia hacia el árbol en la sala y recuerdo que esa navidad tuve regalos hasta para botar.. pero el tema es que la muñeca negra... la muñeca negra tenia ojos verdes, labios rosado y cabello liso, entonces lo único que la hacia similar a mi era que era negra, en su color, pero su cabello, sus ojos y sus labios no eran como yo, entonces mi preferencia apuntaba mejor hacia la muñeca mas popular del mundo la Barbie... Y parece que desde ese entonces hasta hace algunos años yo tambien quería ser como la Barbie... No sigamos permitiendo que incluso en los juguetes nuestras generaciones se llenen de prejuicios, y se sientan discriminados, es un llamado hacia la diversión inclusiva, a la participación social desde el juego desde la ludica, por que jugar no es solo coger muñecos.. Jugar es la creación que hacen los niños y niñas de las sociedades desde sus experiencias... Los niños que juegan a golpear muñecos serán golpeadores, y los que juegan a discriminar discriminaran...Los niños que juegan a ser inclusivos y críticos.. Cambiaran el mundo.. Que por estas fechas podría decir como Bien lo ha dicho una Amiga "Oh  Rayos cuan peye el mundo es ..."







1 comentario:

  1. "Quienes juegan a discriminar, discriminarán; quienes juegan a golpear, golpearán." Y muy probablemente, las niñas que juegan con muñecas que subrepticia y perversamente las odian, aprenderán a odiarse a ellas mismas, a sus madres, a sus hijas y a todas sus otras congéneres. Y sí, amiga, hay que hacer de este mundo un lugar menos peye. Es realmente muy acertada tu reflexión y tú, maravillosamente lúcida, como siempre. Gracias por compartir tu escritura con nos. Eso sí es no ser peye :)

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